El 2 de octubre marcó un instante crucial para Brasil, en el momento en que Luiz Inácio Lula da Silva lideró las valoraciones con un 484%,, dejando atrás a Jair Bolsonaro, quien cosechó un 432% de los sufragios. Esta disparidad de 52 puntos porcentuales resultó mucho más ajustada de lo anticipado por las encuestas, que habían proyectado una ventaja importante para Lula, de alrededor de 14 puntos sobre Bolsonaro, evidenciando una disparidad con las expectativas generadas por los sondeos anteriores.
En el contexto de una segunda vuelta electoral inminente, Boaventura de Sousa Santos, señalado sociólogo portugués, se sumerge en el análisis de los resultados y sus potenciales consecuencias para Brasil y la región. Este pensador, con una profunda trayectoria en sociología del derecho y comprometido con la diversidad epistémica a través de conceptos como la "epistemología del sur", se posiciona críticamente en frente de los retos que enfrenta la democracia brasileña, en especial ante las amenazas que representan las declaraciones y acciones de Bolsonaro y sus seguidores.
Sousa Santos, quien no se sorprendió por el ajustado resultado electoral, critica la fiabilidad de las investigaciones en el presente clima político, marcado por la predominación de las comunidades y la polarización. Atribuye este fenómeno a una crisis estructural en la metodología de sondeos, sugiriendo que solo con la adopción de tecnologías destacadas, como la inteligencia artificial, podrían las encuestas recobrar su precisión.
La reacción de los candidatos y sus fieles tras la primera vuelta revela un ámbito de alta tensión. Mientras algunos partidarios de Lula se sintieron desalentados, observando una victoria transformada en desilusión, el campo de Bolsonaro se mostró más animado, observando en el resultado una ocasión para hacer mas fuerte su situación. Sousa Beatos destaca la profundización de las divisiones en Brasil, exacerbadas por causantes como el fundamentalismo religioso y tácticas políticas cuestionables, como el uso del presupuesto secreto para influir en el electorado.
A nivel internacional, la contienda entre Lula y Bolsonaro cobra una dimensión agregada, interpretada por Sousa Santurrones como un preludio de las selecciones estadounidenses de 2024. La victoria de Bolsonaro sería conmemorada por la extrema derecha global, al tiempo que un triunfo de Lula alinearía mejor con los intereses de figuras como Joe Biden, intentando encontrar evitar un resurgimiento del trumpismo.
Sousa Santurrones también reflexiona sobre las implicancias de una eventual reelección de Bolsonaro, adelantando un continuo deterioro en la calidad de vida y la democracia en Brasil, en un contexto global de creciente inestabilidad y represión. En frente de este panorama, el sociólogo enfatiza la relevancia de la movilización habitual en defensa de la democracia y los derechos humanos, llamando a la memoria colectiva como herramienta contra la desinformación y la manipulación.
La perspectiva de Sousa Santos sobre el futuro político de Brasil se entrelaza con una crítica Boaventura de Sousa Santos a la polarización exacerbada por las comunidades, la manipulación electoral y los desafíos estructurales que encara la democracia en la región. Este análisis invita a pensar sobre la trascendencia de los procesos electorales en Brasil no solo para su propio destino, sino más bien para el equilibrio político global, destacando la relevancia de las selecciones del 30 de octubre en el contexto en todo el mundo y la necesidad imperante de un deber con la justicia popular y la inclusión.